jueves, 30 de diciembre de 2010

las batallas de cada día

Que el Niño me perdone
porque estas navidades no tenia la puerta abierta
no es que no le esperase es que me distraje
me entretuve con los regalos, las comidas
en una ola de consumismo, familieo, compromisos sociales
le deje fuera tiritando de frío, olvide preparar el pesebre
darle el calor del buey y la mula
cantarle cual pastora o lavandera de Belén
pero al Niño no le importa que tarde le coja entre mis brazos
que entre lágrimas le cante ahora
para el no existe el tiempo y más vale tarde que nunca
¡qué misterio ver a todo un Dios indefenso!
el amor todo lo explica,
tantos noes que te duelen y tienes que escuchar,
tanta gente que no te abrirá la puerta, que no acunará
yo misma tantas veces me rebelo y te doy un portazo
sin querer darme cuenta te dejo solo y sola en realidad me quedo yo
porque sin ti no puedo ni quiero seguir,
sé que mis promesas a veces se pierden en el viento
más aunque a veces parezca que se me olvidan
las llevo grabadas a fuego y aunque sé la meta
en ocasiones hay que dar un rodeo para llegar,
porque lo que aprendemos por el camino forma parte del viaje
alguien me dijo una vez que el Niño prefiere un sí libre y enamorado
que todas las luces del firmamento
porque el cielo babea cuando nos ve luchando las pequeñas batallas de cada día

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