sábado, 25 de diciembre de 2010

El hombre de negro

Siempre discreto, silencioso
no se le ve la cara, no hace falta
simplemente escucha,comprende
calla y reza,
deja que hables que te expliques,
entiende las lágrimas,los enfados
los sufrimientos, las incomprensiones
confidente paciente,
el tiempo no le importa,
lo deja correr hasta que te calmas
no apremia, lenta y suavemente
un susurro tranquilo
es su voz que relaja
su tono sereno, sus sabios consejos
la Verdad siempre en sus labios
el perdón que nos consigue
alegría, borrón y cuenta nueva con un beso
la promesa de volver a intentarlo,
la garantía de saber que no estoy sola
confío en que cada vez que caiga
el hombre de negro me ayude a limpiarme el polvo...

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