martes, 4 de marzo de 2014

Esas botas que han pisado El Rocio

Entro en mi habitación
y su presencia silenciosa
me recuerda tantos días en esas arenas,
desde una esquina mis botas cubiertas aún de polvo
traen a mi memoria esa marisma huelvana
donde habitan los más afortunados caballos del mundo,
su suerte es vivir tan cerca de Ella
esa Señora que tantas emociones desata,
el domingo fui a verla, a mirar sus ojos infinitos
cargada de peticiones como una niña a su Madre
me presente el domingo en que Huelva peregrinaba
a tus pies te hice un juramento, iré andando a verte
cuando tengas por ventura atender a mi ruego,
sé que atenderás mi súplica porque nunca me has dejado.
Tantas veces he soñado hacer el camino
que cuando llegue el día marcará un antes y un después,
yo que me llamo rociera, lo seré de pleno derecho
cuando tras días de fatiga descanse a tus pies,
prometo mientras tanto seguir visitándote sin dejar de rezar.
Vuelvo la vista atrás y me mira el calzado
deseoso de taconear, de volver a verte y de bailar
flamenco me ha salido ese par ingenioso,
he limpiado ya los restos de aquella bendita tierra
pero ni ellos ni yo olvidamos
como se encoge el corazón cuando pisas El Rocío



No hay comentarios:

Publicar un comentario