El amor nació en una mirada
de una noche veraniega,
bajo las primeras estrellas
con el último rayo de sol
muriendo a nuestros pies,
con unos acordes de guitarra
que suenan ya lejanos.
Creció entre sonrisas
en los días sucesivos,
promesas no escritas
de una época que es antojaba mejor,
verte a todas horas
y no decir nada.
Se volvió irracional
en el brillo de los ojos,
la risa nerviosa,
en el solo pensar en ti
escribiendo mil versos que no leerás.
El amor empezó a morir
en la amarga distancia que nos separa
tratando de olvidar
los pocos momentos que fueron solo nuestros,
el amor terminará de morir
cuando coja mi corazón rebosante de amor
y lo apuñale por la espalda
para tratar de sacarte de él
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