Enredaré mil versos en tu pelo
para que acaricien tus oídos,
derramaré cientos de rimas en tu boca
esa que solo con verla temblor me provoca,
cubriré tu piel de palabras
para que nunca te sientas solo,
voy a llenar de letras tu silencio
para que te susurren mi nombre.
Cuando muera la noche
y tu ya no seas mío
voy a soñarte eterno junto a mí,
pero habrá un día
en el que no haga falta despedirse,
despertaré a tu lado cada mañana
con tu pecho por almohada
tus brazos como fina sábana
ese día, entonces no necesitaré nada
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